SantiDava
El precio de tus palabras
Cada día veo a una sociedad sin alma
Tan al borde de la destrucción
Y me pregunto como suprimir mis pulsiones y actuar en beneficio del prójimo para quitar la impotencia de mis manos.
Seamos claros, no hacer nada es lo mismo que escupir en la cara,
Y ya no se que es la justicia, tampoco si hay más o menos humanidad.
Violaciones, muerte, robos, extorsión, Impunidad, y tantas cosas más,
Sólo se que cada ser cava su propia tumba y que una vez allí poco a poco es olvido.
Porque de nada sirve que te quedes y critiques, te esperances o enfurezcas, si no pones lo que hay que poner
Y si buscas dentro tuyo y no hallas más que un triste vacío
Te darás cuenta que solo vives una mentira,
Por lo que haces grandes proezas para aparentar, pero ya nada te conforma; y al despertar, cuando descubres que no eres felíz te desesperas, la depresión te abraza cual gran suspiro, y tu sonrisa se vuelve solo un dibujo falso de tu rostro.
Solo son muertos que caminan, y cada acción es sin razón
Y en el fondo no somos tan distintos, si realmente copiamos ese espejismo impuesto por la sociedad y sus costumbres
No te burles, no te jactes, no te enaltezcas, naciste pordiosero y te crees rey
Y cuando te invade la envidia, eres capas de destruir lo más bello de la vida y pasar por encima a quién se atreva a contradecirte, para llegar a lo más alto, y cuando llegas jactancioso allí, solo encuentras soledad.
Letra: Santiago Dávalos.