Nada más oír el molesto zumbido de la alarma, me dí cuenta de todo lo que me esperaba nada más salir de la cama.
Para alguien como yo, insegura y tímida, el primer día de clases en una ciudad nueva y sin ningún amigo, era una pesadilla echa realidad.
Después del suceso con mi padre, cuando tenía cinco años, nos cambiamos de pueblo, y todo parecía ir bien durante doce largos años. Doce años en los que viví muchas cosas, algunas fantásticas junto con la mejor amiga que se puede tener, y otras no tan buenas; que dejan el corazón echo añicos. Pero ahora, no se el porque, mi madre decidió repentinamente mudarse, pero no a una o dos horas de el que era nuestro hogar, sino, casi al otro lado del país; a los Ángeles.
2 horas después.....
Nada mas pasar por la gran puerta, y con un dolor de barriga horroroso, provocado por los nervios, intento buscar la secretaría del gran instituto.
Pero en cuestión de segundos, choco con algo, o mejor dicho, con alguien.
Unos ojos verde esmeralda me congelan al instante, junto con un rostro perfecto, y unos brazos totalmente marcados. Cuando me doy cuenta, esos perfectos brazos, con tatuajes en ellos, me rodean, y me sostienen de lo que podía haber sido una vergonzosa caída.
Antes de darle las gracias, me suelta como si le quemase mi agarre, y a continuación dice:
-Mira por donde vas- y desaparece de mi vista, mientras yo me quedo congelada, procesando lo que acaba de pasar.
* * * * * * * * *
¿Qué nueva vida le espera a Alice en los Ángeles?
¿Cuál es el pasado del que huye?
¿Qué pasó realmente con su padre?
¿Qué le esconde su madre?
¿Podrá Alice unir los cristales rotos de su corazón?