Anika se mudó hace no mucho a una nueva ciudad y la verdad que no se sentía muy comoda al respecto... Nueva escuela, nuevos amigos, nuevos vecinos que se levantan a las 7 de la mañana todos los domingos para cortar el pasto con una podadora muy ruidosa... la verdad que no sonaba muy bonito; pero hay una cosa que le intriga demasiado y al mismo tiempo le facina: Todas las noches, exactamente a las 10:10, una luz desde la terraza de un edificio muy alto como para no ser percibido, alumbra el cielo adornado de estrellas. Hasta ahi todo muy normal, no? Pero que si les digo que todos los dias del año la luz varia su color sin repetir uno solo?
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...