Muy pocas personas tienen esta oportunidad. Ver su muerte a través de los ojos de la propia muerte. Liz pertenece a este pequeño porcentaje de personas que tienen esa capacidad. Ver su muerte en un sueño. Ella tratará de evitar el camino a su muerte de todas las maneras posibles. Lo que ella no sabe es que nuestro destino ya está escrito. Todo en la vida tiene un porque, hasta la propia muerte. Y por más que quieras escapar de esta, en algún momento inesperado ella vendrá por ti. Este es tu destino, por más que lo evites, llegará. Llegará en el momento que menos la esperes. Naciste para morir.