Después de todo no había que pensarlo tanto, se tenían el uno al otro y eso era razón suficiente para ser feliz. Inoue no sólo sanaba heridas, Inoue era un remanso para el alma. La quería, Ichigo la quería. Y estaba seguro de que fuera lo que fuese aquello que sentía por ella, no tenía por qué dejarlo de lado. [IchiHime, inspirado en el epílogo]
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