Hablaban sobre viejas idas y venidas, vueltas que da la vida y una que otra sacudida. Solían hablar de muchas cosas, de sus rutinas divertidas y menos estiradas, de las ferias antiguas y mal diseñadas, de guerras, de casas, de cosas pasadas. No solían apoyar el arte ni el amor, no creían en el corazón, no puedo decir si ahora lo hacen, pero creo que a pesar de todo, me seguía pareciendo fascinante cada una de las palabras que salían de sus labios, siempre deseando saber más, deseando haber nacido décadas atrás, parecía posible vivir más en aquella época, en sintonía con los fonógrafos y los mapas, con los rollos de las fotos, con los trenes y el buen cine. -Portada hecha por: Uriello Medina
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.