Él era Peter Lanzani, un hombre que hacía tatuajes en un pequeño local. Solía dibujar cuando era niño, y tomó la primera oportunidad para no dejar de hacerlo. Pero entonces, apareció una chica. Una chica de negro, que iba siempre con la cabeza en alto sabiendo que su perfección nunca sería alcanzada. Y con sus anteojos, su chaqueta negra, y sus botas negras, pidió un tatuaje. Su primer tatuaje. -"Desahogas tus penas..." -"No." -"¿No?" -"No... intento desahogar mis penas."