"¿Cómo lidiar con un revoltoso hijo de tres años y una pareja suicida mientras estás embarazado de ocho meses y muy irritable?" Dazai y Chūya huyeron. Ambos dejaron atrás sus vidas, sus papales como detective de la Agencia y ejecutivo de la Port Mafia, y todo lo que conocían con el fin de proteger a su hijo neonato. Tres años después, continúan viviendo en una casa que se cae a pedazos ubicada en un lugar remoto, literalmente en medio del campo, donde parece ser que lograron establecerse y acostumbrarse a esa nueva vida. Chūya se encuentra nuevamente en espera de un bebé, cuando las cosas se complican de nuevo y viejos enemigos reaparecen.