Estienne sabía muy bien que los códigos entre mejores amigos jamás debían romperse; y mucho menos deseaba perder al único que había tenido en toda su vida. Pero, ¿cómo podría ignorar aquella sonrisa angelical que lo perturbaba por las noches? ¿cómo olvidaría su mirada nerviosa al posar él sus ojos penetrantes en ella? Helena sabía que jamás un hombre se fijaría en ella, solo por el hecho de que su padre se convertía en el increíble Hulk cada vez que un chico se le acercaba. Nadie quería meterse con él. Ella no sabía que al atravesar la puerta de aquella oficina de la Universidad, no podría dejar de pensar en el hombre serio, de ojos grises, que la analizó de arriba a abajo cuando ingresó allí. Los dos sabían que aquella desenfrenada tentación era prohibida. Pero, algunos dicen que la mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.All Rights Reserved
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