[Airbag, tu mejor amiga y vos]
Giuliana -Dale _____! Vamos no te ortibes! Es para pasarla bien un rato, nada más. Te vas a divertir. Te lo aseguro.
_____- Bueno, pero no volvamos tarde que vos sabés que me pongo re embole cuando tengo sueño- dije desganada. Quizás después de todo, la idea de ir a una fiesta, no estaba tan mal.
Giuliana- Te dije que sos la mejor? Te lo dije? Te dije que te amo? Eso lo sabés, pero te lo digo de nuevo- decía la castaña mientras bailaba al ritmo de la música mientras limpiábamos mi casa.
Se hicieron las 7 p.m, y mi mejor amiga fué hasta su casa a buscar qué ponerse para ese "emocionante" evento.
Cada año se realiza una fiesta celebrando el aniversario de la ciudad. Habían globas, distintos puestos de comida, de ropa. Se presentaban bandas, de cualquier género, aunque esta vez, no estaba tan interesada en asistir. Mi mamá era parte del equipo organizador hacía ya mucho tiempo, por lo que siempre nos daba pulseras V.I.P.
Aunque sin mentirles, jamás pensé que una imposibilidad tan grande como la que sucedió esa noche, iba a pasarme justo a mí, gracias a esas pulseras.
Mensaje a Giuliana.
[ Ésto te parece boluda? ]- mandándole una foto de mi atuendo. Llevaba un short a cuadros, ojotas y un sweater.
Respuesta de Giuliana.
[ Sos joda, no? Cambiate eso, es una fiesta india de mierda!!!!!!!!! Tenés cosas más lindas👊🏾 ]- respondió algo graciosa.
Al final, opté por un top negro, jean y sandalias, con algunos accesorios. Solo para complacer a mi querida amiga coqueta.
Dictaron las 9 p.m, me dirigí a la casa de mi amiga, ya que acordamos que la pasaría a buscar. Al verme, desde el portón me dijo:
Giuliana- Sos una perra cuando querés, hermana- mirándome de piés a cabeza.
-____- Vamos densa!- dije ayudando a cerrar el portón, que por cierto, era muy pesado.
Nos dirigimos a la fiesta.
Dios mío, jamás pensé que esa noche algo tan mágico e imposible, me pasaría.
Enamorarse de alguien que parece inalcanzable es como perseguir un espejismo: cuanto más cerca estás, más se desintegra la ilusión. Arlén pasó años soñando con ser vista por él, Guido Sardelli ese cantante de Airbag del que ella había escuchado tanto, creyendo que el amor podía trascender las barreras del escenario. Pero cuando finalmente lo tiene frente a sí, la distancia emocional entre ambos es más insalvable que la fama misma.
El deseo de ser parte de su vida se convierte en obsesión. Cada gesto de atención la hace hundirse más en una fantasía que demanda una entrega completa, incluso cuando él no puede -o no quiere- corresponder de la misma manera. Atrapada entre la admiración y la necesidad de ser amada, su identidad se diluye. Ella no es más que una versión de sí misma moldeada para encajar en su mundo, esperando que él la reconozca como alguien más que una seguidora devota. Pero en ese juego desigual, termina perdiéndose.
En su obsesión, ella imagina que ser mayor, más madura, la haría digna de su amor. Sin embargo, la realidad es más cruel: incluso entonces, él podría seguir siendo una figura distante, y ella solo otra historia efímera en su vida de excesos. Lo que comienza como una historia de ensueño se transforma en un ciclo de expectativas rotas y desilusiones silenciosas. La relación deja de ser un refugio y se convierte en una jaula emocional, donde amar significa destruirse poco a poco.
Al final, ella descubre una verdad amarga: no importa cuanto ames a ese cantante con el que soñaste todos los días de tu vida, ni eso a veces es suficiente. En medio de las cenizas de lo que creía amor, queda solo un vacío. Un sueño inalcanzable que, en su obsesión por hacerlo real, la dejó sin nada.