Claudia, nunca fue muy dada a las interacciones humanas. Siempre había otras cosas que hacer antes que vivir el presente y cuando la muerte la sorprende, toma una difícil decisión. Quedarse en este mundo y hacer todas las locuras para las que no tuvo tiempo mientras estuvo viva. Un fantasma nunca debe relacionarse con el mundo de los vivos. Aún así, se puede conseguir con práctica y una mentalidad que lleva años de entrenamiento. Pero el más allá no está preparado para una chica con una nota media de 9.6, una asistencia perfecta en clase y a la que nunca han besado.