Hey! Morena bella

-¿Realmente pensaste que alguien como tú me gustaría?.

Soy incapaz de mirarlo a la cara y de hacerle frente. Soy demasiado cobarde, débil, patética y lo peor de todo es que él tiene razón soy horrible.

-Sólo fíjate al espejo, no me gustan las negras feas como tú, yo jamás me fijaría en ti, eres patética.

Gruesas lágrimas caen por mis mejillas mientras intento mantener mi cabeza agachada y retener mis sollozos. Más bien mi pelo está suelto y cubre casi por completo mi cara.
Veo por el rabillo del ojo que las personas a mi alrededor están observando algunos con tristeza pero sin atreverse a decir algo (total no es su problema) y otros con burla disfrutando la humillante escena.
Bajo mi mirada y pestañeo muchas veces y respiro hondo tratando de apaciguar mi dolor.

De pronto escucho un quejido bastante fuerte proveniente de mi humillador. Levanto la mirada sin importar que me vean llorar. Lo siguiente que escucho es una voz femenina bastante fría y dura.
Me percato de que proviene de atrás de mí.

-Cállate y vete, quiero leer en silencio.-Es una orden directa y sin derecho a réplica.

En ese momento me percato de lo sucedido, ¡Ella le acaba de lanzar el libro, justo en la cabeza!.

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