El reloj sobre la mesita de noche marca la hora. Son las 11:11 De día o noche, da igual. No es como si importara en realidad, era obvio que era mentira. Una estúpida hora no concedía deseos ni milagros. JiHoon estaba ahí de pie, dejando pasar el tiempo y esperando a que esa ruptura finalmente acabara, que desapareciera totalmente de su vida. Tick, tack, tick, tack. 11:59 PM El tiempo se acaba.