Todo el mundo se ha enamorado alguna vez. Algunas personas tienen el valor de admitirlo, otras simplemente no. Unas son correspondidas, otras tristemente no. En mi caso, lo admito, me enamoré de el chico que menos esperaba. Mi mayor deseo es poder confesárselo, pero mi dignidad se niega rotundamente. Una parte de mi quiere hablar, la otra callar. Por eso escribo cartas. Por eso soy anónima. Por eso prefiero ser llamada La Chica De Las Notas.