Robín y Keith son hermanos. Han estado juntos siempre. Robín atrevida y astuta, Keith arrogante y mujeriego. Son polos opuestos, y aun así se atraen. No es como la típica relación hermano-hermana. Ambos pelean, se retan y… se provocan. El uno al otro, como un círculo vicioso. Un juego peligroso con límites inexistentes donde las reglas son que NO HAY REGLAS.