Millie padece fuertes trastornos múltiples. Su madre la interna en una clínica de Sheffield con la esperanza de poder encontrar una solución a los padecimientos de la chica. Millie se reusa. no cree necesitar a nadie más que a sí misma. Solo quedan dos opciones: que Millie acepte el tratamiento o que sea devorada por sus propias alucinaciones.