Hoy me desperté sintiendo que faltaba algo. Sentí un vacío, un hueco en mi interior.
Era Andrew, mi queridísimo novio que tras tantos altos y bajos que pasamos juntos, dio su último suspiro unas semanas atrás.
Aun siento la camilla vacía viendo lo que quedaba de él, su olor, su fragancia combinada con alcohol y apenas un poco de mi perfume q no era de esperarse que aún se mantuviera en su ropa.
Mi ángel, mi compañero. Mi ilusión e inmadurez yacía sobre él. Me lo quitó todo. Me rompió el corazón tal y como aquella vieja señora me lo dijo un día. Pero, esa decepción amorosa que tanto decía no fue por traición o infidelidad, fue por algo completamente distinto: su muerte.
Un corazón roto por algo que jamás pensé que me sucedería. ¿Cómo un chico de 25 años con tan poco por vivir puede irse asi sin más? Me dejó sin decir adiós, fue rápido e inesperado.
Pues es aquí donde entran estas cartas.
Hace unas semanas, después de lo sucedido, llegó a mi puerta una carta con el nombre y sello de mi, ahora prometido difunto.
Y al tenerlo entre mis manos no solo me sorprendo de lo raro que es esto, sino también me llena de intriga lo que se vendrá a continuación.
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Quédate enganchado con esta nueva historia que traerá tristezas, alegría, risas y más.
Esta es una historia que comienza un tanto triste, pero que merece la pena contarse y espero que los cautive como a mi.
Portada: By me.
Historia apta para todo público.
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