Veronica no puede ser más salada porque eso sería hacerle competencia a los océanos del mundo. De verdad, ella juraba que en su vida pasada habrá hecho tanto mal para acabar tan jodida en un país escoñetado y de paso sin tener rial para recargar el celular. Su vida era una constante pasadera de pena a donde fuese. Si no se tropezaba en pleno pasillo del colegio, entonces se le olvidaba la clave en la bisutería.
Y verga chamo, ella odiaba esa bisutería, o mejor dicho al "trimardito" chino que trabajaba ahí en las tardes de vez en cuando.
Jackson Wang era el carajo más atorrante, creído, egocéntrico y pajuo que ella había conocido en su vida, además de ser el mismo que acabó con su dignidad solo por no saber bailar un merengue.
Lo odiaba, y odiaba más conseguirselo hasta en el hueco del culo.
• Lenguaje venezolano y palabras malsonantes.
• Heterosexual
• Obra 100% original.