Tenía dos opciones: La primera, quedarme en casa pretendiendo que nada pasó y que todo estaba bien. La segunda, escapar, escapar lejos, sin presión de por medio. Y luchar por los que ahora me importaban. Escogí la última. Entré sabiendo el riesgo, el peligro y los horrores que vería siendo parte del ejército. Se volvió parte de mi. Pero no entré sabiendo que otra persona se volvería parte de mi. Ni menos que fuera él. Y por primera vez en mucho tiempo, esa idea comienza asustarme. -Obra registrada en Safe Creative.-