Protagonistas: WooGyu (Woohyun - Sunggyu; Infinite)
Personajes Secundarios/cameos: Dongwoo, Hoya, Myungsoo, Sungyeol, Sungjong, Lee Jungyeop , Kim Minseok y Lee Dayeol, Heenim (+)
Temática: AU, romance, comedia, escolar, ageswitch
Advertencias: ligero acoso, lemon, maybe fluffy
Sinopsis:
Eso era acoso. Es decir, que no era normal que ese hombre se pasase la vida pendiente de lo que hacía o dejaba de hacer, que se fijase incluso en las caras que ponía durante sus clases o lo que hacía en los recreos.
Era acoso y tenía que denunciarlo. Además odiaba que se burlase de mí. ¡Solo era un maldito profesor! No entendía por qué me había estado irritando desde que entró a trabajar ahí, pero nadie parecía tenerlo en cuenta y decían que simplemente le gustaba tomarme el pelo.
Yo sabía que no era eso.
Lo sabía...
Él solo había tardado en demostrarme qué tan ciertos eran mis pensamientos.
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La expresión frustrada y avergonzada de esa criatura era la mejor parte de haber aceptado ese trabajo como profesor de Instituto.
Definitivamente, podía levantarme con una sonrisa en el rostro todos los días solo ante la perspectiva de ver cómo iba a conseguir que el mejor estudiante del instituto se sonrojase para mí al encontrar levísimos fallos en su forma de expresarse cuando le preguntaba o, simplemente, haciendo preguntas que no se correspondían en público.
Era magnífico.
Y yo sabía que mi interés por él iba más allá de lo debido, pero tampoco me importaba.
Después de todo, ¿No era como si lo fuese a forzar a nada, verdad?
**Fanfic originalmente publicado en mi blog Oppas-Paradise en febrero de 2015**
Adelin debe enfrentarse a un juego enfermizo mientras convive con un asesino serial y un chico que lo da todo por ella.
•••
Todos culpan a Adelin Rivas de la misteriosa muerte de su madre.
Nadie quería cruzarse con la "chica tragedia", porque se decía que por donde ella pasaba, solo dejaba desgracia.
Le acusaban por cada hecho extraño sucedido en aquel lugar. ¿Era culpable? Nadie tenía la certeza, pero algo sí podían asegurar: todo se relacionaba con ella.
¿Coincidencia? No lo creo.
Cuando todo parecía no poder ir peor, su cuaderno de canciones cayó en manos de un demente. A partir de ahí, deberá enfrentarse a ese juego enfermizo mientras convive con otro asesino serial y un chico que lo da todo por ella.
Preciosísima portada ilustrada por la talentosa @imfleurie