Todos cambian, todos. Incluso cuando quieras enmarcar un momento en una fotografía y mantenerlo así por siempre, este se deshará en un parpadeo, en tan solo un instante. Osomatsu había aprendido a lidiar con ese cambio y todos los que se habían desarrollado hasta ahora. Todos excepto uno. ¿Por qué Ichimatsu ha dejado de sonreír de esa forma encantadora que tanto lo enternecía? ¿Qué sucedió? Era algo que el mayor de los Matsuno no dejaba de preguntarse una y otra vez. Osomatsu estaba dispuesto a recuperar aquella vibrante y hermosa sonrisa sin importar el precio que tuviera que pagar.