Me coloqué los audífonos cuando miré la hora, él demoraría en llegar como de costumbre. Tomé un gran respiro cuando lo vi llegar. No pude evitar sonreír cuando lo vi pasar por el marco de la puerta. Vestía sus gafas RayBan negras, unos jeans que apenas dejaban respirar esos grandes muslos en sus piernas, una camisa de leñador y su barba crecida. Caminó hacia mí, yo esperaba que llegara más tarde, como usualmente lo hace. Sin decir una palabra caminé hacía el. Me ayudó con la silla... él no sabe lo increíble que es, pero yo sí.
Pasaron los minutos volando, estuvimos la tarde-noche riéndonos como unos pequeños, echando la cabeza hacía atrás. Le conté historias sobre mí, y no saben lo tímida que soy. Él dijo que nunca había conocido a una chica como yo... pienso que es gracioso y extraño, porque yo nunca había conocido a un chico como él.
Caminamos por la cuadra hasta donde me esperaba el taxi, empezó a hablar acerca de las películas de James Bond y ambos reíamos cuando hacía su pobre imitación del Agente 007.
Tenía la loca idea que el amor es: romper, arder y terminar. Pero él me daba más que una triste y formada definición, el me hacía sentirlo... el me daba las herramientas para formar esa palabra, para mí el significado de AMOR, era él.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...