Elea hace apenas unos meses se mudó a Estados Unidos desde Francia. Su vida era perfecta: padres perfectos, económicamente estables, buenas amigas y buenas notas, hasta que una noche alguien entra en su casa y tras matar a su familia, la secuestra y la encierra en una habitación sin ventanas. Tan solo tiene un enorme cristal que la separa de otra habitación, la de Ryan, un chico al que también tiene encerrado. Junto con Ryan, Eléa tendrá que encontrar la salida antes de que el tiempo se acabe pero puede que los sentimientos les jueguen una mala pasada. ¿ Lo conseguirán?