En la vida de todo hombre, siempre hay una mujer. Pero de todos los frutos que existen, siempre se encuentra La Mujer. Esa mujer que te induce a la angustia, al llanto, a la dicha, al placer... Esa mujer que te saca de tu vértice, esa pieza de ternura que le da un vuelco a tu vida. Esa figura y ese ser abstracto al que no puedes hacer otra cosa sino más que querer, soñar, desear... No puedes hacer más sino entregarte con toda la fuerza de tu existencia. Esta es una obra poética dedicada a Ella: La Mujer que hace mucho tiempo fue Mi Mujer.