Mi cumpleaños número 22 y sólo se me había ocurrido venir aquí a tomar un batido... Si. De repente la puerta del local se abrió. ¿Quién era tan extraño como yo como para venir a esta tabernilla a tomar batidos un viernes por la noche? Levanté la vista cogiendo el vaso con seguridad y me fijé en la pequeña figura que caminaba hacia dentro. Parpadeé un par de veces. ¿Era un chiste? No... definitivamente la estaba viendo, no era producto de mi imaginación. Estaba casi irreconocible. Su pelo era negro, apenas le rozaba los hombros y sus rizos habían desaparecido por completo. Estaba tan morena que dudaba que hubiera estado en Londres, al menos en las últimas dos semanas. Llevaba un vestido blanco y una cazadora tejana junto con unos tacones que no parecían demasiado cómodos. Traía puesta una sonrisa discreta y miraba sus pies. Le brillaban los ojos. Estaba tan mayor, y tan... mujer. ¿En serio tenía que encontrármela en el sitio donde nos habíamos besado por primera vez? Con suerte no me vería. Aunque no podía dejar de mirarla. Había cambiado tanto, no quedaba rastro de aquella chica que conocí en el instituto. -Un batido de chocolate con muchísimas cookies y azúcar moreno, ¿Puede ser?-tal vez no había cambiado tanto...aunque su voz era mas suave. Desprendía paz. Mi piel se puso de gallina y negué con la cabeza. -Claro-estaba de espaldas a mí y deseaba que se quedase así. Me levanté intentando no hacer ruido, pero mi torpeza decidió tirar lo poco que me quedaba de batido al suelo. Y ella se giró. Levanté la mirada y nuestros ojos se cruzaron. Pude ver como sus cejas se alzaban y parpadeó. Fruncí mis labios. -Perdona Bob. Ya sabes lo torpe que soy-dije mirando al camarero. -Tranquilo James, son cosas que pasan-dijo acercándose junto a una fregona. Ella no paraba de mirarme. Pero yo tampoco podía dejar de mirarla a ella... ¿Por qué había vuelto ahora? Esta es la 2ª parte de Letters To You.All Rights Reserved