Además de ser una bailarina perfecta de ballet, Helena conduce un auto de carrera tambíen a la perfección. Claro, eso último no todos lo saben. Para sus padres, Helena no a rotó un plato. Platos no se sabe si a rotó, pero si lo a hecho con muchos corazones y narices. Ella es la definición perfecta de las personas que tienen dos caras. En frente de sus padres es un ángelito; en frente de los otrós, un demonio. En fin, ella es un ángel cogido en el cuerpo del demonio más cruel. ¿Pero que pasa cuando Helena tendrá que confrontar sú propio infierno con nombre y apellido? Él es Jared Cole.