Yo no soy como las otras

Kat, Katherine para los adultos, Kathy para los no tan adultos, es la oveja negra del pueblo donde vive. Atea, liberal y ambiciosa, pasa los días de su adolescencia esperando a terminar el instituto y poder huir a la ciudad. Su tiempo libre suele estar compuesto por salir con el trio demoníaco (formado por ella y sus dos mejores amigos), estar con las dulces pecadoras (su grupo de amigas) y encerrarse en su habitación para vivir una vida mucha más libre que en su pueblo de origen.

Penny, por contra parte, es el modelo a seguir de Destiny Falls. Forma parte de la élite del lugar, es creyente, ama el sitio que la ha visto nacer y es perfecta según las pauta establecidas como modelo de conducta. Es la persona con quien todos quieren relacionarse y no hay un padre que no la quiera como amistad de sus hijos.

No es de extrañar que este par ni se hablen. De hecho, aun qué nunca hayan tenido relación, se odian. Todo cambia cuando, por cosas del destino, estas dos muchas se empiezan a hablar, justo antes de que inicie el mayor problema al que el estable Destiny Falls se haya enfrentado. Y todo es culpa de Kat y su película favorita, Pregnancy Pact.