Ella no sabia de lo que era capaz. El la conocía mejor que ella misma. Ella era pura. El estaba podrido por dentro. Ella era fría. El estaba dispuesto a deshacer su corazón con un claro objetivo. Ella se vio inmersa en un mundo que desconocía del cual formaba parte. El estaba dispuesto a mostrárselo pero solo a su conveniencia. Ella era una obra maestra. El su pintor.