-Te amo- repito, esas dos palabras suenas dulces y divertidas en mi boca, se repiten en mi cabeza una y otra vez hasta saciarme, siento que son algo que jamás podré dejar. El hecho de que sean para él talvéz es el porque de me suenen tan provocativas, ambiciosas y lejanas, casi imposibles. Ese casi es donde deposito toda mi esperanza.