❤ єpเfanía 🌌

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No me gusta la pornografía. Es decir, no es que no me guste, es que no disfruto verla, todo está tan dicho, tan hecho, tan falso, que no me apetece verla. La literatura erótica, en cambio, es magia, es hambre, es sed es pasión. La lengua saliva, aprieto los dientes, muerdo los labios, la respiración aumenta, el deseo crece, el corazón enloquece. Te transportaras paso a paso por los lugares que, muchas veces, jamás habías explorado. Te meterás en la historia, si así lo quieres. Estar en cama leyendo un relato erótico, una historia llena de lujuria, de perversión. Ir avanzando poco a poco e irse excitando, detalle a detalle, sentir como tu cuerpo se va estremeciendo, tus piernas se mueven inquietamente y tu mente se enloquece. Nada como excitarse con el pensamiento, echar a volar la imaginación, sentir la historia, y quedarse con ganas de más. No me gusta la pornografía, disfruto más la literatura erótica.