Hay golpes en la vida que incluso son más grandes que tus propios miedos, destruyen por completo tu corazón y se adueñan de todos tus sentidos, pero por segundos de tu vida te vuelven la persona más feliz en el universo o incluso la más miserable. - Para de mirarme, me asustas- susurro levemente, mientas yo acariciaba sus mejillas guardando en mi mente cada uno de sus gestos. -Como no podrá hacerlo si te amo...con todo mi ser. -dije. Ella simplemente sonrió con esa sonrisa que me vuelve loco, esa sonrisa que me hace un hombre incapaz de utilizar la lógica, pero también aquella sonrisa que muchas veces rompe mi corazón.