Una nota anónima aparece en el casillero de Hunter Donovan, el chico más idiota de la ciudad, ¿aceptará o le dará a la dueña de esa hermosa caligrafía la satisfacción de verlo declinar?
Por suerte, este chico carece de sentido común y es dueño del ego más grande que alguna vez haya existido, aunque Faith Hughes no se queda atrás, con aquella actitud terca y demasiado orgullosa. No son las personas más compatibles, más se ven envueltos en una gran aventura, juntos, ¿cómo llegaron a ello? Ni ellos lo saben, ¿qué harán al respecto? Dudo que alguien quiera saberlo, ¿por qué deciden continuar? Sólo ellos conocen sus razones y no están dispuestos a compartirlas con tanta facilidad. Odio, amor, felicidad, tristeza, peleas, discusiones, secretos, insultos, orgullo, enredos y sólo un objetivo: vencer en este juego. Ambos saben que ninguno ganará mientras el otro sea feliz.
Sabiendo las consecuencias, ¿te atreverías a jugar?
«Conocerte fue descubrir un género musical diferente al que suelo escuchar, pero que al final me terminó gustando.»
La vida de Andy está rodeada de decisiones. Jugar verdad o reto, declararse o no, el casillero tres o el cuatro, ser honesto con sus emociones o reprimir lo que siente.
Andy no tiene dudas de que la chica que le gusta es Heather, pero es incapaz de hacerle frente, es por ello que, cuando lo retan a declararse, decide escribirle una nota de amor y la coloca en el casillero del que, está seguro, es el de ella.
Sin embargo, su mala toma de decisiones es del mismo tamaño que su torpeza y pronto descubre que se ha equivocado y que el dueño de aquel casillero no es más que Edward Rumsfeld, el chico que todos creen que es homofóbico. No obstante, cuando Andy esperaba una mala reacción de su parte, ocurrió algo inesperado.
Un rumor, una confusión, un noviazgo falso y dos chicos que aprenderán que los sentimientos son más complejos de lo que parecen.
¿El amor puede surgir de un simple error o será un error que surja el amor entre ellos?
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Esta historia es un BORRADOR.