Te extraño.
No es lo mismo tomar café sino me lo preparas tú, se que al fin y al cabo, café es café, pero que me lo hagas tu, es la diferencia, esa sonrisa, esa mirada, ese cariño, nose como explicarlo, tu lo haces especial, me haces falta.
(....)
Tuve que regalar tus cosas a cualquier persona que intentaba suplir tu ausencia, ¿la razón?, tu dulce y toxica fragancia.
Antes de que sigas leyendo, lo sé, falte a mi palabra, me enamore de tí.
Me hacen falta las discusiones contigo, las salvajes reconciliaciones, las excitantes conversaciones antes de irnos a dormir, hacerte reir sin palabras, hacerte el amor sin desnudarte, darte mi abrigo cuando hace frio, agarrarte la mano cuando un tipo te mira disimuladamente, darte una nalgada cuando estas distraida, abrazarte fuerte cuando estas en tus peores momentos, llorar contigo si hace falta. Para resumirte, si tuviera que volver a ver un programa de la tele-basura que retransmiten en los canales de televisión, solo seria contigo, a ese nivel de compromiso estoy contigo.
(...)
Te soy sincero, no te miento, todo lo ocurrido, fue un duro acontecimiento, una etapa dura, llena de sufrimiento, y es que todavia no lo entiendo, si a mi manera te lo di todo, ¿porque me la jugaste a lo cuasimodo?.
Ya no se que hacer, si mandarte a secuestrar o empezar a hacer caso lo que me dicen y olvidarme de ti ya.
Yo quiero saber si tu amor es verdadero o ficcticio, si es claro como el cielo o dudoso como el infierno, quiero pensar que es puro y sincero, algo bueno, algo verdadero, que no existe un vacio disfrazado de amor, disculpa si te ofendo esa no era mi intención, paso los dias pensando en mi habitacion, dando vueltad en la cama craneando en que momento llegamos a esa situación se que debo hacer, pero me cuesta un mundo decirte finalmente ese triste adíos.
¿Puede una chica romántica y delicada enamorarse de alguien tan ruda como Lynn Loud? Issabella Abrams era esa chica: amante del color rosa, del maquillaje, la poesía, y de las historias de amor. Todo lo contrario a Lynn Loud, quien prefería la acción, los deportes y no se preocupaba demasiado por lo sentimental.
A pesar de sus diferencias, había algo en Lynn que atraía a Issabella. Tal vez era su valentía o su determinación, o quizás el hecho de que Lynn no temía ser exactamente quien era. Mientras que Lynn también sentía cierto interés en Issabella, no entendía como no podía tentarse en ganar y ser la número uno, veía que ella era como una suave brisa que acariciaba el rostro hasta de quien no merecía con dulzura, dulzura que raramente a Lynn le encantaba.