Miguel no tenía ni idea de sus sentimientos. Los mantuvo ocultos de él por mucho tiempo. Algo que quizás no podría herirlo, pero sí logró que se distanciaran con el tiempo. Por esa razón, recordaba que por un momento estuvo a punto de caer a la oscuridad y de odiar a Miguel y a todos a quienes quería. Irónicamente Miguel, a quien detestaba en ese momento, fue quien lo salvó de caer a ese mundo. Él había sido la luz que se adentraba en su corazón para detener todo avance de la oscuridad. Y ahora, este era su turno.