Durante un secuestro la pérdida total del control que sufre el rehén es difícil de digerir. Se hace soportable en el momento en que la víctima se identifica con los motivos del autor del delito. El Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador, un vínculo en el sentido de que la persona cautiva empieza a tener sentimientos de identificación, de simpatía, de agrado o de amor... Un FIC en colaboración con AChainedDragon