Fuego mezclado con dolor, pánico y gritos.
Adolescentes corriendo de un lado a otro en busca de ayuda para salvar sus jóvenes vidas.
Mi corazón latiendo a mil por hora y no, no es por el fuego ni el miedo.
Si no, es el no saber que pasaba y en donde estaba, dolor en los brazos como si pequeños cortes se penetraran en mi piel, levantar la vista y ver como varias personas a mi alrededor están en el piso, muriendo. Pero lo peor aún es ver cómo mis amigos se van del lugar sin mirar atrás.
Como si un instinto me dijera que vaya hacia el balcón, arrastrando me lo hice pero ojalá nunca lo hubiera hecho.
Varias personas saltando de él para salvar sus vidas, otras muriendo en el intento. Las únicas personas que quedaban eran mis amigos pero se habían ido, sólo tenía una pequeña esperanza de que alguien reaccionara hasta que escuché un susurro.
"Sólo salta"
Con la vista borrosa a causa de los mareos llegué al balcón, no pude ver quién era la persona que me dijo que salte, me acerqué y lo único que pensaba era en que la vida era tan impredecible y si ella quiere que sigas siendo parte de esta tienes que hacerlo.
Así que lo hice,
Salté.
Me metí en este juego de alto riesgo por una sola razón: salvar a mi hermano de una deuda que lo estaba consumiendo. Pero nada podía prepararme para lo que encontré al entrar en este mundo de apuestas y secretos. Mi hermano estaba allí, pero no estaba solo. Y entonces, mi corazón se detuvo al ver una cara que creía haber olvidado para siempre... la de mi ex pareja.