Amores infinitos, a veces solo de pasada por nuestros mundos. Llenando nuestra galaxia con una marca, siendo una estrella; muerta pero resplandeciente. Pasando el tiempo, se van apagando pero siguen ahí. Mirándonos, estando presente pero olvidadas. Olvidadas, pero con recuerdos y algunas cicatrices de guerras y procesos.
Amores infinitos, que a veces pasan como cometas; pasan tan rápido que lo único que hicieron es dejarte las ganas de mirarlas por más tiempo, que se queden por más tiempo, o tal vez con ganas de nunca más volver a verlas. Luego están los amores infinitos que se asemejan a meteoritos, fenómenos que solo vienen a destruirnos o tal vez solo dejarnos una herida grande qué con el tiempo se convierte en cicatriz, no se como lo hacen, pero logran llenarnos de pasión, obsesión, euforia y a veces temor, siempre amándolos.
Hay muchos fenómenos semejantes a estos, cada uno con un objetivo distinto, pero siempre siempre siempre...amando.
Reviviendo una vida: Harry Potter y la Piedra Filosofal. Más adelante Drarry.
15 Partes Concluida
15 Partes
Concluida
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo que por fin moriría se preguntó qué podría haber pasado, jamás se imaginó que volvería a la vida. Y no solo a la vida, sino a cuando tenía once años y recién entraba al mundo mágico. ¿Qué hubiera pasado si Harry no se hubiera negado a ser Slytherin? ¿Qué pasaría si Harry ya supiera lo que fuera a pasar? ¿Qué decisiones hubiera tomado? ¿Podría por fin conocer la verdad de las cosas? ¿Se enamoraría en el camino?