A veces los caminos se cruzan, sin más remedio, no dejando ni un centímetro de tierra de por medio, olbligándote a seguir andando, llevándote por delante todo lo que vas encontrando... O así lo vemos por lo menos los que vivimos al límite, los que no tememos el golpe, y arrancamos a toda prisa, los que disfrutamos de cada momento, los que solo morimos de la risa.