Un hombre embarazado no era algo novedoso, pero si para Harry, quien no deseaba tener un bebé. Casi lloró al enterarse. Lo primero que pensó fue que Louis lo dejaría, así sería cuando se entere. No podía imaginar una cara felíz en sus pensamientos, porque él ya conocía el desprecio que su novio le tenía a los embarazados. Todo se complicó cuando el estómago creció, y maldita sea el momento en que Louis tocó su vientre y el desgraciado se movió.