Detrás de las paredes.
De pronto nada encajaba, había despertado en un cuarto blanco, solo se podía observar la luz y el ruido de una puerta abriéndose.
¿Qué sucedía? ¿Dónde estaba?
Se trató de levantar pero no podía.
Hasta que se dio cuenta que se encontraba atado.
--Pero que…--
De pronto se escuchó una voz.
--Uzumaki Naruto, paciente 3701 ha despertado.
¿De dónde provenía esa voz?
--Uchiha Sasuke, paciente 3702 ha despertado.
¡¡¿Sasuke?!!
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¿Cómo es posible que toda su vida fuera una mentira?
Todo este tiempo, hinata, sus hijos, Sakura, su sueño, el ser séptimo hokage.
¿Nada de eso era verdad?
--¡Naruto tenemos que salir de este lugar!--
Sasuke se encontraba de la misma manera, no entendía nada de lo que estaba pasando, pero tampoco podía quedarse a averiguarlo, no planeaba estar encerrado como experimento toda su vida.
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--Sus familias nunca existieron, No existe La Aldea de Konoha, todo eso era un simple experimento.
--Eso es imposible--
--¿Entonces quienes somos?
La otra persona se encontraba con dudas, no sabía si era un buen momento para contarles.
Sin embargo, por eso hicieron que despertaran, era necesario que descubran la verdad.
--Usted es Uzumaki Naruto el esposo de Uchiha Sasuke.
Sasuke y Naruto al escuchar eso se quedaron en Shock.
--¿¡ESPOSO!?
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Las puertas se abrieron delante de ellos, iluminando lo que se encontraba al otro lado.
--Bienvenidos, aquí es su verdadero hogar-- dijo el hombre.
--¡Esto es increíble!-- De pronto un joven corrió a abrazarles a los dos.
--Me alegra que por fin salieran-- ese joven empezaba a lagrimear de felicidad.
--Disculpa ¿Quién eres?-- preguntó Sasuke un poco incomodo.
Naruto también se encontraba incomodo pero algo le decía que no debería.
--jejeje Soy yo…-- sonrió el joven --soy Uchiha Uzumaki Menma, ¡Soy el hijo de Naruto y Sasuke, ustedes queridos padres!
--¿¡Nuestro hijo!?
Esto ya se estaba saliendo de control ¿Que clase de broma era esta?
SasuNaru
Un inmenso ODIO. Eso fue lo que sintió en ese momento al descubrir que toda su vida a sido una mentira, que todos aquellos en los que siempre confío le mintieron en la cara, que para la Aldea no es más que el chivo expiatorio.
Él nunca tuvo NADA. Pero se negaba a admitirlo, se negaba a admitir que siempre estuvo SOLO, el creyó siempre que si les probaba que estaban equivocados ellos cambiarían pero nunca pasó, creyó que si les probaba que no le afectaba lo que le hacían ellos dejarían de hacerlo y por eso siempre iba con una sonrisa y con una actitud alegre. Pero nada funcionó y es en éstos momentos que se da cuenta de que esas cosas no eran más que fantasías de un chico tonto.
Fue en ese momento que todo cambio y todo el odio que siempre guardo salió a flote.
Porque cuando los días se hacen fríos, cuando la luces se apagan, la esperanza se desvanece y todos tus sueños mueren.
Lo único que te queda es el Odio.