-Esconde la rosa desentierra el clavel-su mente le ordenaba cada noche. -¡Esconde la rosa desentierra el clavel! ¡Esconde la rosa desentierra el clavel¡-gritaba con histeria mientras apretaba sus fornidos puños y su cuerpo se humedecía en su pesado sudor. -¡No no puedo hacerlo! -gemía con tal frustración que las venas de su cuello se alteraban y su cara se tornaba rojo carmesí. -Esconde la rosa desentierra el clavel-susurro una inocente voz a su oído silenciando al fin su intranquila mente. ¡¡TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS!! ESTA PROHIBIDA TODA COPIA O TRANSMISIÓN DE ESTE LIBRO POR CUALQUIER MEDIO SIN EL CONSENTIMIENTO DE SU AUTOR.