Siempre la veía pintarse los labios a la misma hora, en el mismo lugar y con el mismo labial. ¿Cómo podría yo ayudarla? ¿Alguna vez podré entender por qué sus ojos se cristalizan a la hora de ponerse el rojo escarlata en sus marcados labios? Esas y muchas preguntas más rondaban mi mente a la hora de verla entrar por la puerta con esa sonrisa tan suya, pero en sus ojos la tristeza y desesperación pidiendo ayuda.