La verdad, no es que mi vida sea muy mala, ni mucho menos, de echo es bastante normal. Pero, por alguna razón, me siento vacío, tal vez, fue el vacío que mi padre dejó cuando se marchó de casa, no lo sé, pero,por alguna razón no me siento vivo. Un día pensé... ¿Habrá gente que se sienta peor que yo? Y así decidí, dar mi vida, para que a cambio, nadie más lo haga. Os preguntaréis ¿De qué servirá dar tu vida para que nadie más muera? Es cierto, mi muerte no evitará que nadie más se suicide, pero escribiré la más conmovedora carta de suicidio del mundo, una que llegué a los corazones de todas las personas, y qué esté en sus memorias por siempre. Es fácil, mi sueño, es cambiar a las personas.