Entonces la vi, tan frágil y pequeña como una niña, tan triste y sola como la lluvia, tan delicada y hermosa como una rosa. La veo desde abajo como reprime su llanto, tapando su boca con su mano, mientras lágrimas silenciosas se deslizaban por sus mejillas mientras solloza. "Hola pequeña, no llores... ya estoy aqui"All Rights Reserved