-Perseus Jackson, quedas desterrado del Campamento Mestizo y Júpiter. Restringiremos todos tus posibles contactos con cualquier mestizo, centauro, ninfa, pegaso, sátiro, dios, o cualquier criatura mitológica- sentenció Zeus. Percy podía ver el dolor en los ojos de su padre, quien estaba al lado del dios del rayo.
-¡Pero soy inocente!- gritó el pelinegro desesperado. No podía ni siquiera pensar en la idea de no volver a ver a Jason, Piper, Frank, Leo, Hazel, Nico, Grover, Reyna, los Stoll, ni a...
Annabeth.
-No tienes pruebas. Todo apunta a que tú lo hiciste. - acotó el dios del rayo.
Percy apretó los dientes.
-¡NO LES IMPORTA NADA!- explotó, furioso- ¡SOLO DE PREOCUPAN POR USTEDES MISMOS! ¡NO VOY A DESCANSAR HASTA QUE HAYA JUSTICIA! ¡LO JURO POR LA LAGUNA ESTIGIA!- Percy Jackson se retiró del campamento, cruzándose con miradas llenas de lágrimas por parte de sus amigos, de Quirón, Grover, todos.
Pero nadie se atrevía a decir nada, cosa que enfureció a Percy Todavia mas.
Con paso decidido, se fue del campamento.