Todos lo vieron con pena en su mirada, se podía apreciar que la mayoría de ellos estaban llorando, y eso solo termino de matar la poca esperanza que le quedaba al moreno, el cual cayo al suelo de rodillas llorando, llorando porque el amor de su vida, su tigre, su pelirrojo amante de las hamburguesas, se había ido. Y todo por su culpa.