Mi iniciación en el BDSM.
Toda historia tiene su principio la mía empezó así, desde siempre me había atraído lo desconocido, el misterio, siempre hambrienta por conocer nuevos mundos y si ellos eran duros, complicados y oscuros mucho mejor. El sexo convencional me aburría, no encontraba placer en el hecho de practicar un simple coito. Conocía lo que era tener sexo con su pareja, con amigos, con desconocidos. Había practicado relaciones sexuales en lugares atípicos, en lugares típicos, en lugares públicos. Arriesgue en muchas ocasiones, porque necesitaba vivir ese miedo para encontrarle algún sentido al sexo, pero ni así nada me satisfacía por completo, necesitaba algo más.
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Recuerdo a todos los que quieran juzgar de modo destructivo cualquiera de mis textos o mis relatos, a los que sientan necesidad de imponer su criterio, a los que se escandalicen y se crean que deben opinar, que no tienen derecho alguno a hacerlo conmigo, y que si algo les escandaliza, pues que simplemente nunca lo hagan. Así de fácil. En mi vida, en mis fantasías, en mi mente, en mi persona, exijo total respeto y tolerancia.
Empecé desde muy pequeño en edad a escribir sobre fantasías, sueños dormido y despierto acerca de escenas que se configuraban en mi mente, en las cuales el sexo era el protagonista, presté basta atención a los detalles, cosa que no me fue fácil porque como es conocimiento convencional, los sueños se olvidan con facilidad, y los detalles más importantes y destacables, se suelen perder en el subconsciente.
Sin embargo debo decir, que a través de estos escritos, relatos, puedo plasmar una idea de lo que han sido estos sueños a lo largo de mi vida, algunos producto de deseo que que siento por cierta mujer, y que el subconsciente oculta y recrea en diferentes escenarios, que el imaginario fomenta, y otras por la exposición a los medios en los que uno se desenvuelve, es decir, gracias a lo que tus ojos pueden apreciar a diário, a través de una imagen de fémina, o simplemente una fémina que pasa frente a ti e inspira los más profundos y carnales deseos eróticos por poseer, pero que guardas con recelo y disimulo para no parecer un depravado sexual, un violador o un acosador de mujeres.