Llora la luna al ver a su hija sacrificada, llora la luna al verla maldita, llora la luna en su agonía de madre. Suenan las voces en su cabeza, palabras y palabras repetidas por la eternidad. Un cuerpo sin corazón y un corazón sin su cuerpo, alimentando décadas de crueldad y asesinato. Maldita la hora en que su corazón le fue arrancado, maldita la hora en que la muerte la vio a los ojos, maldita la hora en la que nació, maldita las lágrimas de su madre derramadas.