18 parts Ongoing Dicen que los sueños están para cumplirlos. Que si querés algo con todo tu corazón, el universo conspira para que pase.
Bueno... no sé si el universo conspiró por mí o si simplemente estaba loca, pero un día normal en mi vida se convirtió en el comienzo de una historia que ni yo misma habría imaginado.
Tenía solo 13 años. Trece. Con voz temblorosa, piernas flaquitas y más dudas que certezas. Vivía en Uruguay, un lugar hermoso pero lejísimos del mundo del K-pop. Mi vida era simple: escuela, comedia musical, playlists llenas de canciones que me hacían soñar, y un amigo que sabía absolutamente todo de mí (hola, Mateo).
Pero entonces pasó.
Una oportunidad.
Un sí inesperado.
Un "te queremos acá".
Y de pronto, mi mundo se volcó de cabeza.
Tuve que dejar todo. Mi familia. Mis amigos. Mi lugar seguro. Para subirme a un avión rumbo a Corea del Sur con una sola cosa en mente: demostrar que pertenezco.
No sabía qué me esperaba. No sabía si iba a poder.
Solo sabía que no quería rendirme.
Y ahora estoy acá. Sola, nerviosa, chiquita en un mundo gigante.
Pero con el corazón latiendo fuerte. Con ganas de gritar que puedo hacerlo.
Y aunque vine sola, sola nunca me sentí.
Los chicos me hacían sentir como en casa. Como si siempre hubiera estado ahí.
Pero si hay algo que tengo clarísimo, es que Han y Lee Know fueron, sin duda, mis papás en Corea.
Los que me retaban, me cuidaban, me abrazaban sin necesidad de decir nada.
Mi familia, incluso sin compartir la sangre.
Esta es mi historia.
Una historia de esfuerzo, lágrimas, risas, caídas, sueños, música... y tal vez, solo tal vez, algo más.