Alma errante que busca un lugar, una razón para existir, un motivo por el cual deambula por un mundo al cual no pertenece. Alma perdida en un mar vacío, en un desierto sin viento que lo guíe, en un bosque sin el menor ápice de vida, melodia sorda en su mente, burlón es el destino con ella como burlón es el cantar mudo del buitre que espera paciente la carroña que el tiempo le otorga. Visión borrosa de un horizonte infinito, sabor a ceniza inunda su boca y aun con el aroma putrefacto que desprende cuanto le rodea, alma alegre por existir aun sin sentido ni motivo para dicha existencia. Cuan efímera es la alegría de experimentar una existencia que no te pertenece cuando despiertas en el sueño de la muerte y descubres la cruda realidad que durante una vida la cual engañado por la visión de un mundo inexistente se te desvela el secreto de tu creación. ¿Puede un alma flotar en la inmensidad de una realidad inexistente y despertar la capacidad de hacer realidad cuanto imagine salvo a si misma?